Twitter y la censura en Internet: cinco apuntes

Pájaros en una jaula. Fotografía de James Savage.

Pájaros en una jaula. Fotografía de James Savage.

El jueves pasado, Twitter anunció, en su blog corporativo, que estaba dispuesta a bloquear los mensajes de usuarios que alguna “entidad autorizada” considerase insultantes o ilegales en determinados países. El anuncio ha causado enorme revuelo en todo el mundo, pues ha sido interpretado como una estrategia de censura en una aplicación que, para muchos analistas, ha desempeñado un papel notable en la gestación de movimientos democráticos de todo el mundo. Y, aunque, probablemente, la caracterización de Twitter como arma de lucha democrática sea exagerada, las nuevas medidas tomadas por la compañía nos permiten vislumbrar la dirección que está tomando el control de la libertad de expresión en las redes de comunicación.

Al calor del anuncio de Twitter, ofrezco cinco breves apuntes sobre las relaciones entre Internet y la censura en Internet:

  1. Las redes de comunicación se están convirtiendo en un territorio cada vez más controlado. Internet siempre ha tenido una doble alma autoritaria y libertaria. La primera viene marcada por los orígenes de la red como herramienta militar, mientras que la segunda deriva de la ética de los hackers que han contribuido a su desarrollo. Todo parece indicar que se está imponiendo la primera, como ponen en evidencia los intentos por imponer restricciones a Internet mediante iniciativas como la Ley Sinde-Wert, el ACTA o la SOPA/PIPA.
  2. Las labores de control se están externalizando. Cada vez más, las acciones de vigilancia y control recaen en las corporaciones privadas y no ya en los gobiernos. Los Estados trasladan la responsabilidad de controlar las actividades de los usuarios a las empresas privadas, que recurren a la censura para evitar problemas legales o para no entorpecer sus planes de expansión internacional. Eso desprotege a los ciudadanos, sobre todo en los países con gobiernos autoritarios.
  3. Las técnicas de censura y control se están haciendo cada vez más refinadas. La voluntad de Twitter de utilizar técnicas de censura “granulares” –que permiten bloquear los mensajes de los usuarios solo en algunos países mientras permanecen visibles en el resto del mundo– pone de manifiesto que las técnicas de control de los flujos de información pueden alcanzar un alto grado de depuración. No está lejos el día en que sea posible aplicar formas de censura selectiva, que restrinjan el acceso a determinados contenidos por parte de los usuarios en función de su historial de navegación. Cuando llegue ese día, los hábitos de los navegantes no solo serán útiles para mostrarles publicidad de forma personalizada, como hace Google, sino para controlarlos mejor.
  4. Internet no es igual para todos. Los hechos desmienten a quienes concebían las redes de comunicación como una especie de república universal en la que todos gozaríamos de las mismas libertades. Internet está cada vez más llena de zonas oscuras, en las que los flujos de información se entorpecen o restringen.
  5. Las relaciones entre gobiernos y corporaciones, por un lado, y ciudadanos, por el otro, son cada vez más asimétricas. La expansión de las redes de comunicación ha traído una consigo una pérdida de privacidad para los individuos. Gracias a Internet, los gobiernos y las empresas tienen cada vez más información sobre nosotros. Y se nos explica que eso no solo es inevitable, sino que, incluso, es deseable. Sin embargo, parece que no existe el mismo interés por permitir el aumento de nuestras libertades. Los mismos que quieren saber más sobre los ciudadanos ponen cada vez más barreras a su capacidad para expresarse con libertad.

Actualización: Poco después de publicar mi entrada, pude leer el comunicado de la Electronic Frontier Foundation, que aclara que la iniciativa de Twitter, lejos de suponer una restricción a la libertad de expresión, supone un espaldarazo a ella. En realidad, ahora la empresa estadounidense solo eliminará los mensajes en los países en los que infrinjan alguna ley, cuando antes se veía obligada a hacerlo en todo el mundo. Es cierto. En realidad, la polémica sobre la censura en Twitter ha sido provocada por los medios (tradicionales) de comunicación y se ha visto magnificada por la difusión viral propia de Internet. Y no me detuve a meditar lo suficiente sobre las implicaciones del anuncio de la empresa estadounidense. Sin embargo, me parece que este hecho no invalida, en lo sustancial, las reflexiones vertidas en mi entrada.

Acerca de Eduardo Pérez Soler

Reparto mi tiempo entre la curaduría, la crítica de arte y la edición de publicaciones multimedia. He publicado numerosos artículos y reseñas de arte en revistas como Lápiz, Artes de México y a*desk, entre otras. También he curado diversas exposiciones, entre las que se pueden citar Sublime artificial (La Capella, Barcelona, 2002), Imatges subtitulades (Fundació Espais, Girona, 2003) y Processos Oberts (Terrassa, 2007). Formé parte del equipo de dirección de 22a, uno de los más importantes espacios expositivos independientes de la Barcelona del cambio de siglo. Tras trabajar varios años como editor en un gran grupo editorial español, ahora me he embarcado en la creación de Books and Chips, una empresa centrada en la concepción y desarrollo de tecnologías sociales para la educación y la cultura.
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