Hacia el texto dinámico

Detalle de una imprenta antigua. Fotografía de -Kj.

Imprenta. Fotografía de -Kj.

La imprenta nos ha acostumbrado a aproximarnos a los textos escritos como si fueran fruto de un pensamiento concluso, ajeno a los cambios a lo largo del tiempo. Impulsados, quizá, por la materialidad del libro, que una vez publicado no admite modificaciones, tendemos a interpretar los textos impresos como el resultado de un proceso destinado a plasmar las ideas definitivas de un autor. Cuando leemos un libro, una revista o, incluso, un periódico en papel, siempre tenemos la sensación de enfrentarnos a un texto permanente y estable, a salvo de alteraciones. Después de todo, el texto impreso es el resultado de un proceso largo y a menudo trabajoso –que incluye notas, borradores y sucesivas correcciones de pruebas y galeradas– cuyo objetivo es obtener un obra acabada, con pretensiones de perdurabilidad. Por esta razón, pensamos que el texto estampado sobre el papel es el que mejor expresa –o mejor dicho, el que mejor fija– el pensamiento de un escritor. Por una curiosa operación metonímica, entendemos que la letra impresa reproduce con fidelidad las ideas (inamovibles) de su autor.

Es cierto que el texto impreso admite interpretaciones, pero estas siempre se realizan a partir de un material fijo e inmutable, cuya literalidad está fuera de discusión. Durante siglos, el texto concluso y, por tanto, siempre igual a sí mismo, ha sido considerado el punto de partida del análisis y la discusión. No por nada, la obsesión recurrente de todo intérprete o exegeta ha sido establecer el texto auténtico del autor cuya obra pretende interpretar. Con su búsqueda meticulosa de la edición definitiva –la que se ajusta a las “verdaderas” intenciones del escritor–, el exegeta no hace más que expresar su convencimiento de que la letra impresa es una fiel extensión del pensamiento.

Sin embargo, Joseph Esposito ha puesto de relieve la popularización de un nuevo tipo de texto, surgido al abrigo de Internet, que se distingue por su naturaleza esencialmente dinámica. Frente a la palabra impresa, que aspira a la permanencia, el texto dinámico tiende a la mutabilidad, a la ausencia de límites y a mostrarse siempre inacabado. Su soporte ya no es el papel, sino los dispositivos digitales, hecho que le otorga una ductilidad extrema y le hace susceptible de experimentar un número virtualmente infinito de cambios.

Los entradas de la Wikipedia representan seguramente uno de los mejores ejemplos de textos dinámicos. Aunque preservan todavía el aura de autoridad del texto publicado, ellas muestran un carácter metamórfico que le es completamente ajeno al libro impreso. Los artículos de la Wikipedia, en permanente estado de revisión, van cambiando a medida que los innumerables redactores y editores que colaboran en el proyecto introducen enmiendas y actualizaciones. En la enciclopedia en línea no existe un texto final, sino una escritura fluida que se va reconstruyendo de forma continua. A diferencia del libro tradicional, la Wikipedia no busca fijar un texto definitivo; intenta, por el contrario, ofrecer un discurso consciente de su propia condicionalidad. Por eso, presenta ese aspecto inconcluso que resulta tan chocante para muchos lectores.

Quizá el aspecto más relevante de la Wikipedia sea su carácter dialógico. A diferencia de gran parte de los textos impresos, que suelen ser el resultado de una sola voz, los artículos de este proyecto son fruto del debate, a veces muy acalorado, de una multiplicidad de colaboradores. Si los lemas de la enciclopedia en línea ofrecen un carácter provisional, eso se debe precisamente a la gran diversidad de voces que confluyen en ellos. En el fondo, la Wikipedia es una gran conversación, en la que participan decenas de miles de personas. Por esta razón, resulta casi más interesante leer los foros de debate en que se discuten las entradas de la enciclopedia que las entradas mismas.

La imprenta alumbró una época marcada por el predominio de textos con voluntad de permanencia, que, por regla general, buscaban fijar las ideas de autores individuales. Resultado de un trabajoso proceso de confección, estos escritos eran la expresión de un pensamiento acabado y cerrado sobre sí mismo, que alcanzó en la novela y el ensayo sus ejemplos más significativos.

Es probable que esta época haya llegado a su fin. Internet ha inaugurado una nueva era que se distingue por la generalización de una forma de escritura fluctuante, metamórfica y abierta, producto no ya del esfuerzo de un autor ensimismado sino de la intervención de un sinnúmero de actores conectados en red. El resultado de esta manera novedosa de escribir son unos textos fluidos y dinámicos que alcanzan su expresión más genuina en proyectos colaborativos como la Wikipedia.

Acerca de Eduardo Pérez Soler

Reparto mi tiempo entre la curaduría, la crítica de arte y la edición de publicaciones multimedia. He publicado numerosos artículos y reseñas de arte en revistas como Lápiz, Artes de México y a*desk, entre otras. También he curado diversas exposiciones, entre las que se pueden citar Sublime artificial (La Capella, Barcelona, 2002), Imatges subtitulades (Fundació Espais, Girona, 2003) y Processos Oberts (Terrassa, 2007). Formé parte del equipo de dirección de 22a, uno de los más importantes espacios expositivos independientes de la Barcelona del cambio de siglo. Tras trabajar varios años como editor en un gran grupo editorial español, ahora me he embarcado en la creación de Books and Chips, una empresa centrada en la concepción y desarrollo de tecnologías sociales para la educación y la cultura.
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8 respuestas a Hacia el texto dinámico

  1. Pingback: La diferència entre el text imprès i el text a la xarxa: un és sòlid i l’altre líquid. | BA Top Up 2da edición

  2. Roger dijo:

    Pareces considerar que el texto «mutable», inacabado o inconcluso es mejor,. pero esas características son más bien aplicables a textos mal hechos. El carácter dialógico de la wikipedia puede ser muy positivo, pero la wikipedia en español es muy floja (por decir algo). La falta de profesionales y editores puede convertir la web en un vertedero donde todos pretenden hacer de todo, aunque no sepan. Eso sí, al no tener que imprimir eso permite actualizar un texto, una ventaja notable. Yo diría que los proyectos colaborativos han sido un experimento sin resultados convincentes y del que muy pronto veremos su ocaso.. No me entiendas mal, soy muy partidario de internet y de su gran poder transformador. Pero eso de los textos dinámicos ha sido un espejismo.
    Abraçades,
    Roger

    • Que algo se pueda volver a escribir no es malo, creo que todo lo contrario. Hay que alejarse de la ficción cuando se piensa en estos términos para que resulte más claro, se me ocurren todo tipo de libros técnicos y de consulta que podrían estar muy favorecidos de una reescritura constante.

      En la appstore cada vez que hay una nueva versión de una aplicación el usuario puede simplemente actualizarlo con un clic y ver las novedades. En el caso de los libros se podría hacer algo similar aunque con un control de versiones, claro. Y no me parece tan lejano ni irreal.

      • Roger dijo:

        Hola José Luis, sin duda, esa es una de las ventajas más notables: actualizar, mejorar un texto directamente sin necesidad de volver a pasar por todo el proceso de impresión, y llegar directamente al lector sin intermediarios (como las librerías).. Internet acorta procesos de impresión, y distribución. Esas son las ventajas, los inconvenientes proceden de pensar que cualquiera puede hacerlo todo, que ya no son necesarios los profesionales. Como si de repente, el público empezara a corear ante un escenario vacío y sin músicos.. No creo que esté diciendo nada raro ni elitista, ocurre con cualquier práctica: no todo el mundo puede ser bombero o futbolista. Si me dan un lápiz y una regla no me voy a convertir en arquitecto; si me dan un blog, no me voy a convertir de la noche a la mañana en periodista. .

    • Roger: En mi texto, no he querido ofrecer juicios de valor, sino, simplemente, constatar hechos. Percibo que nuevas formas de escritura colaborativa van ganando protagonismo frente a los modos de escribir vigentes desde la era moderna y centrados fundamentalmente en el autor individual. Es un cambio que, en mi opinión, es positivo en algunos aspectos, pero que, por supuesto, es negativo en otros. Sobre ello, ya tendremos tiempo de hablar en este blog.
      Por otro lado, no estoy de acuerdo contigo en que los proyectos colaborativos dejan mucho que desear. Dejando al margen la Wikipedia, tenemos en el software libre un buen ejemplo del éxito de la colaboración en red. El servidor HTTP empleado en el sitio web donde nos encontramos es un Apache (software libre), el sistema de gestión de contenidos que utilizo para mi blog es de WordPress (software libre) y el navegador con el que accedo a la web (y que probablemente usas tú también) es el Firefox de Modzilla (software libre). Todos estos proyectos han sido posibles gracias al esfuerzo de comunidades de desarrolladores que han puesto sus conocimientos y su talento al servicio de proyectos cooperativos. Y creo que ninguno de ellos puede considerarse precisamente un fracaso.
      ¡Espero seguir viéndote por aquí!

  3. Hola Eduardo. Te escribo para pedirte permiso para usar la foto que ilustra esta entrada… En el pie de foto pone KJ. pero no sé quién es ni a quien le puedo pedir permiso para usar la imagen. Gracias.

    • Hola, Carlos: la imagen está protegida con una licencia creative commons. Por tanto, puedes usarla mientras respetes los términos de la licencia (que encontrarás en el margen derecho derecho del blog, abajo) y des debido crédito al autor: _Kj. Saludos y gracias por visitar mi sitio.

  4. Vale. No la podré usar porque es para un uso comercial. Se trata de un libro de estilo editorial para venta. Gracias de todas formas. Suerte con tu blog.

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